EL TELÉFONO SIGUE SIENDO UN CANAL EFECTIVO PARA EL MARKETING

Las estadísticas demuestran que el teléfono está lejos de perder relevancia a la hora de promocionar y vender productos.

  • El teléfono nos asegura que nuestro mensaje se transmite, porque es un canal que exige la atención del emisor y del receptor; y que se encarga de dejar en segundo plano el entorno.

 

  • Fomenta el mensaje del producto/ servicio: cuando una persona descuelga el teléfono e inicia una conversación, hace sentir importante a su interlocutor. Le dedica su tiempo, por lo que escucha e interactúa con él. Y esto, trasladado al marketing, tiene un efecto muy positivo, facilita el terreno para que las empresas puedan  personalizar el mensaje que quiere trasladar y/o , fijar una cita con el comercial .

 

  • Se obtiene una respuesta inmediata: el teléfono también es uno de los canales para conocer la reacción del cliente e incluso para adaptarse a esta. En otras opciones, como el email marketing o el marketing de Redes Sociales, la respuesta se suele demorar o incluso puede no llegar nunca. Pero en nuestro caso, salvo que nos cuelguen abruptamente, tenemos feedback instantáneo y, lo mejor de todo, podemos adaptarnos para que la conversación fluya de la mejor forma posible.

 

  • Como resultado del anterior punto, el teléfono igualmente resulta valioso porque permite que las empresas midan fácilmente sus resultados. Gracias a la digitalización de sus procesos y técnicas, hoy en día hay multitud de herramientas que nos indican a tiempo real cómo lo estamos haciendo en nuestra campaña y si debemos hacer algunos cambios para mejorarla.

 

  • Es económico y se externaliza fácilmente: gracias a la incorporación de la tecnología de voz por protocolo de Internet, los costes del telemarketing se han abaratado considerablemente. Ahora mismo, resulta un canal económico y accesible para muchas empresas, porque se puede contratar como un servicio externalizado y altamente profesional, donde los resultados hacen que la inversión siempre merezca la pena.